Aunque suene macabro, esta modalidad de turismo es cada vez más habitual, incluso uno mismo, sin darse cuenta, lo ha practicado. Visitar la Zona Cero en Nueva York, los campos de concentración nazi o el cementerio de Le Pere Lachaise en París, son visitas obligadas que muchas guías turísticas aconsejan. Pues bien amigos, eso es “dark tourism”.

Según expertos, este turismo nace de la curiosidad que la gente muestra por lugares donde ha ocurrido una catástrofe o están asociados a la muerte. Pero ¿por qué los viajeros deciden visitar esos lugares siniestros? Ellos también lo ven claro, la necesidad del ser humano de mirar cara a cara a la muerte.
Tanta es la demanda del “turismo de la muerte” o “turismo negro” que las empresas turísticas y los gobiernos de los lugares que han sufrido alguna tragedia, se han dado cuenta de su potencial y están comenzando a explotarlo. Parecido a la ola de necroturismo de la que te hablábamos hace no mucho también en el blog.
En España también hay lugares históricos que por diferentes motivos forman parte de la lista de sitios para hacer “turismo de la muerte”. Te presentamos unos cuantos:
El Bombardeo de Gernika
Símbolo de los horrores de la guerra civil española, Gernika ofrece a los viajeros visitar el Árbol de Gernika (donde el lehendakari jura su cargo), la Casa de Juntas el Museo de la Paz o la Plaza de los Fueros.
Belchite, Zaragoza
Ya os hemos hablado en este blog de una escapada de fin de semana a este pueblo tan especial de Zaragoza. Su historia (escenario de una batalla en plena Gerra Civil Española) y el significado de lo que representa, hacen que Belchite forme parte de nuestra lista.
El incendio del 31 de agosto de San Sebastián
El 31 de agosto de 1813, las tropas anglo-portuguesas sitiaron la ciudad provocando un gran incendio del que solo se salvaron las iglesias Santa María y San Vicente, los conventos de San Telmo y de Santa Teresa y 35 casas. Visitas obligadas en San Sebastián mientras se disfruta de los pintxos en la parte vieja de la ciudad.
Mansilla de la Sierra, La Rioja
Fue uno de los numerosos pueblos que sufrieron las consecuencias de la construcción de embalses en el país. Anegado en los años 50 por la construcción del embalse de Mansilla, los visitantes pueden ver el pueblo en septiembre y octubre, durante el descenso de las aguas del pantano. La mejor opción para visitar la zona es una casa rural cerca de Mansilla de la Sierra.
Post cortesía de Vero Álvarez (@veriflus)